Diario by Father Pedro Font

Colonizing Expedition, 1775-1776


Monday, April 1, 1776 EN -- Dia 1. de Abril. Salimos del Arroyo de la harina â las siete de la mañana y â las quatro y media de la tarde paramos en un arroyito de muy poca agua cerca la bahia, y como â una legua antes de llegar â la boca del puerto dulce, haviendo caminado unas catorze leguas con el rumbo como nueve al oestnoroeste: luego unas tres al noroeste y al no noroeste quarta al oeste (subiendo y baxando por lomas que desde aqui empiezan â formar la Bahia; y lo restante al noroeste y nornoroeste y algo al norte culebreando todo esse tramo por las lomas dichas. Desde &c.) Desde el parage se oia algo el ruido del mar, como que en la bahia rebientan algo las olas en la playa aunque no cosa mayor. Desde una loma alta antes de llegar al parage estuvimos mirando la bahia, que desde alli se descubre lo mas de ella, y vi que esta rodeada de lomas y serrania por todas partes, excepto una abra grande que cae como al oeste quarta al noroeste, en donde por un buen trecho corre una lengua de tierra baxa detras de la qual ô mas alla, se divisaba blanquear como agua y se estendia hasta otra serrania que â lo ultimo y muy lexos se veia azulear. Yo discurri si tal vez por aquella parte tendria comunicacion la bahia con el puerto de bodega que por las corrientes que experimento en el el Sr Capn Dn Juan de la Quadra quando estuvo alli no pudo distinguir si era mar ô rio, y dicho puerto no cae muy lexos de la bahia por esse rumbo segun entiendo; pero esto no es mas que conjetura.

Tuesday, April 2, 1776 EN -- Dia 2. Salimos del Arroyito â las siete de la mañana, y passamos por una rancheria â la qual nos convidaron que fuessemos unos diez yndios que vinieron al real muy de mañana cantando, y nos recibieron los Yndios de la rancheria, que regule de unas quatrocientas almas con singulares demonstraciones de alegria cantando y baylando. Caminamos como una legua larga al norte y nordeste y â las nueve llegamos â la orilla del agua y muy cerca de la boca del puerto dulce para dentro senalado en el mapa con la letra I. tenido hasta ahora por rio grande, que no lo es segun los experimentos que hizimos y razones que dire. Aqui determino el Sr Comandante detenernos hasta despues de medio dia para poder observar la altura de este parage. Desde que llegamos â la orilla del agua entramos en duda de que fuesse rio porque no le notamos corriente ni tenia el agua mas movimiento que el que observamos en la boca del puerto de Sn Francisco en donde le notamos un movimiento muy suave y dissimulado causado sin duda de la marea. A mas de esto no notamos en la margen señal alguna de creciente, ni menos basura ô palizada que era natural traxesse en sus crecientes si fuesse rio, y mas rio tan candaloso. Y aunque se quisiesse decir que el no traer basura es porque su origen no sera de muy lejos, y que passa por tierras limpias de donde no puede sacar palizadas y otras cosas; â lo menos se deberia conceder que havia de tener crecientes, y si las tuviera dexaria señales de ellas en sus margenes: pero estas se ven sin señal alguna: y sus playas en algunas partes donde las tiene son como las que vimos en el puerto. Es pues este puerto dulce un golfo de agua dulce encerrada en un caxon de lomas medianamente altas por un lado y otro, que corre quasi al este por espacio de unas seys leguas y despues se ensancha muchissimo en unos immensos llanos, de los quales hablare mañana y passado mañana. Sus margenes son muy acantiladas en partes, y en partes forma una corta playa en la qual cerca la boca havia grandes rimeros de almeja de agua dulce. Probe el aqua y la encontre salada aunque no tanto como la del mar afuera. Vimos alli unas lanchas de tule muy bien hechas, y en medio del aqua estavan unos indios en una pescando, que en todo este golfo del puerto dulce logran los yndios gran pesca de excelentes pescados, y entre ellos el salmon riquissimo y en abundancia. Vi que pescaban con redes y que atrancaban la lancha con unos palos delgados y muy largos: pero en el modo de atrancarla me confirme en la sospecha ô juicio que ya me havia hecho de que la agua no tenia corriente para la bahia, pues repare que atrancaban la lancha contra la parte de arriba y mirando para la parte opuesta a la boca, lo que parece havia de ser al contrario si el agua corriesse para abajo. Visto que con dichos palos atrancaban la lancha es natural que llegassen al fondo, por lo qual medi uno de dichos palos y halle que tenia onze varas y media de largo: con que quitando un buen pedazo que queda fuera del agua de la lancha para arriba del qual estan asidos los yndios pescadores regule por esta congetura que tendría el aqua unas nueve ô diez varas de fondo, y sus aguas estan muy quietas y sossegadas. Desde un altito imediato al agua y distante de la boca como un quarto de legua para arriba observe lo ancho de la boca, y por la observacion que hize calcule que tendra poco menos de un quarto de legua de ancho. En la Bahia y enfrente de la boca hay una isla que tendra de largo algo mas de una legua de este â oeste, y como un quarto de legua de ancho, y está cerca la dicha boca no de medio â medio sino declinada a la banda del norte. El caxon del agua corre para el este no recto sino formando recodos y calas, y su anchor en substancia es el mismo que el de la boca hasta unas tres leguas para arriba, que despues ya empieza á abrirse mas. En este mismo parage observe su altura y lo halle en 38° 5' 1/2. Y assi digo. En la Boca del puerto dulce, dia 2. de Abril de 1776: Altura meridiana del bordo inferior del sol: 57° Despues de medio dia salimos de la Boca del puerto dulce y â las cinco de la tarde paramos en la orilla del arroyo, que en la expedicion del Sr Capn Dn Pedro Fages llamaron el Arroyo de Santa Angela de Fulgino, haviendo caminado por todo unas siete leguas largas. El rumbo de las seys de esta tarde fue dos leguas al este, por lo alto de las lomas pegadas al agua, y una al estsudeste por una cañada arriba por la qual bolvimos â salir â lo alto de las lomas imediatas al agua. Desde esse alto vimos que el aqua aqui hace un recodo de este lado y se enchancha como otro tanto que en la boca y que en la margen del otro lado en derechura de este parage sobresale un poco una punta de tierra, y cerca de ella tiene un peñasco ô farallon dentro del agua. Mirando para el nordeste vimos un immenso llano sin arbolada alguna para donde se extiende mucho el agua formando en el varias isletas (de tierra baxa y al fin &c.) fin del otro lado del llano tan extendido, y como â distancia de unas quarenta leguas divisamos una gran sierra nevada cuyo rumbo me parecio correr de sursudeste â nornoroeste. Baxamos de lo alto de las lomas, y haviendo caminado como media legua al nordeste, caminamos unas tres leguas al estsudeste hasta parar en el arroyo. Acudieron al real muchos yndios que aunque mansos al parecer (estuvieron algo impertinentes y) se acreditaron algo de ladrones en especial en orden â ropa a la qual se inclinaban y tiraban mucho manifestandose deseosos de adquirirla y posseerla. El Arroyo de Santa Angela de fulgino esta en un llano de bastante extension, y bien poblado de robles, y otros arboles, y no seria mal parage para poblacion si el arroyo fuesse permanente que parece no lo es pues lo hallamos sin corriente y solo con unos charquitos de poca agua y no muy buena. Este parage dista de la ribera del puerto dulce algo mas de una legua.

Wednesday, April 3, 1776 EN -- Dia 3. Salimos del Arroyo de Santa Angela de fulgino â las siete y quarto de la mañana y â las quatro y tres quartos de la tarde paramos en la orilla del aqua dulce en un parage de una rancheria despoblada, haviendo caminado unas diez leguas largas con el rumbo que ire diciendo. Atravessamos el llano, en donde haviamos parado, y caminamos por el unas tres leguas con rumbo al estnordeste, y luego entramos en una cañada, y haviendo caminado por ella como una legua al nordeste llegamos â lo alto de la loma (señalada en el mapa con la letra a. fin y termino de la expedicion y descubrimiento que hizo el Sr Capitan Dn Pedro Fages quando fue al reconocimiento del Puerto de Sn Francisco acompañado del Rdo P. Pdor Apco Fr. Juan Crespi, desde la qual vio dicho Sr Capitan este pielago de agua) que yo le llamo puerto dulce por su quietud y porque desde mas atras ya se encuentra el agua dulce y buena. Desde dicha loma que distara del agua cosa de una legua, vieron su extension el Sr. Capn Fages y el P. Crespi y que se dividia en brazos, con los quales se forman unas isletas de tierra baxa; y como antes en el camino de atras ya havian probado el agua y la havian hallado dulce, sin duda se hicieron juicio que era algun rio muy grande y que aqui se dividia en tres brazos que de mas arriba se separaban formando dos islas y que poco mas abajo de este parage al entrar en el caxon se bolvian â juntar, sin reparar en si tenia corriente ô no, lo que ni era facil que reparassen desde dicha loma por estar retirada del agua. Yo vi el agua dividida no en tres brazos, sino en muchos formando varias isletas, y de estas conte hasta siete unas algo grandes, y otras pequeñas, todas de tierra baxa y largas y angostas: y el haver yo visto tantas islas, no haviendo visto mas que dos el Sr Capn Fages y el P. Crespi consistiria sin duda en que ellos verian este charco de agua en marea alta y yo la vi en marea baxa, la qual en este puerto dulce crece y mengua bastante como dire mañana. (Vieron la tierra llana por la qual se estiende esse caudal de agua, y son los llanos que ayer dixe y tambien verian del otro lado del llano la gran sierra nevada. Y finalmente vieron que el agua para ariba gira &c.) arriba gira como al nordeste y aun para el este hasta una sierra baxa que tiene arboleda la qual tapa âl aqua y no la dexa ver para mas alla, y la misma sierra vimos nosotros, a la qual &c. â la qual determino ir el Sr Comandante para ver mas de cerca el agua y su giro, y desengañarnos si era rio ô no, pues aunque ya estavamos quasi persuadidos â que no lo era todavia cabia alguna duda por estar apartados y no poder distinguir su movimiento, si acaso lo tuviesse. Baxamos pues de la loma y enderezamos el camino para dicha sierra, en la qual y detras de ella como al sudeste vimos bastante arboleda y que seguia para adelante. Luego que baxamos al llano, vimos cerca del agua, y en distancia como de una legua corta, una crecida manada de ciervos grandes, que en el nuevo mexico me parece llaman buros los quales son de unas siete quartas de alto, y tienen unas hastas como de dos varas de largo con varias ramas, y aunque se hizo la diligencia de coger alguno no se pudo lograr por su mucha velocidad en el correr y mas en esta ocasion, que se hallaban sin la cornamenta grande, que sin duda â temporadas la mudan segun las muchas hastas que vimos por alli tiradas. Todo este terreno abunda mucho de dichos ciervos, y por los rastros que encontramos oy y mañana, que son como los de res, no parece sino que por alli hay alguna crecidissima estancia de ganado. Seguimos por el llano, en derec[h]ura de la sierra emboscada señalada en el mapa con la letra b., y haviendo caminado unas quatro leguas con rumbo al este quarta al nordeste, llegamos â una rancheria algo crecida, (cuyos Yndios, (que en el color y en todo son como los demas) nos rccibieron de paz Y aun con miedo,) la qual esta situada en el llano un poco antes de llegar â la sierra que ibamos buscando, y tan imediata al agua que de ella â los jacales no havria la distancia de doze passos. Aqui ya nos persuadimos que el que se llamaba rio, no es rio sino un gran pielago de agua dulce sin corriente que se estiende por essa llanura, a la qual llegaron a beber las bestias por su pie, y nosotros la probamos y la hallamos muy dulce y buena. (Ojo abajo. Señalada en el mapa con la letra c.) Seguimos adelante con animo de subir â lo alto de la sierrita emboscada que no es muy alta para desde alli descubrir mejor el terreno y el curso del agua; pero apenas salimos de la rancheria quando se nos atravesso una cienega y tular que nos hizo mudar de rumbo; por lo qual cogiendo al estsudeste caminamos por una cuchilla de una lomita baxa, y luego entramos en un llano algo grande con bastantes robles; y haviendo caminado como una legua larga llegamos â una loma pelada y no muy alta. Subimos â lo alto de esta loma que domina todo el llano, para descubrir el terreno, y vimos desde alli una confusion de agua tulares algo de cerca la sierra bosque y tierra llana con una extension desmedida. Si mirabamos para el este veiamos del otro lado del llano y en distancia de unas treinta leguas una gran sierra nevada, y blanca desde la cumbre hasta la falda que atravessada corria como de sudeste â nornoroeste, y segun el rumbo que le pude demarcar me hize juicio que tal vez tendria essa sierra por la parte del sur algun enlaze con la sierra nevada que se desprende de la sierra madre de California mas arriba del puerto de San Carlos y camina como al noroeste hasta la mission de Sn Gabriel y mas alla, pero no le pudimos descubrir el remate ni del un extremo ni del otro. Bolviamos para el oeste, y veiamos, las lomas que en el camino venimos dexando, por entre las quales se metia ô entraba el agua recogida, y que del otro lado del agua se abria una lomeria baxa, cuyo extremo que se le descubria en distancia de unas quinze leguas, caia como al noroeste, y que de alli para adelante no se descubria otra cosa sino llano. Mirabamos para el sur y veiamos una sierra alta y pelada por lo exterior que corria como de sudeste â noroeste, y esta es la serrania que desde las imediaciones de la Mission de Sn Luis venimos dexando â la derecha en todo el camino de la ida hasta llegar â la boca del puerto dulce que alli remata, y en cuyas faldas estan los valles de Sta Delfina, por el qual corre el rio de monterey, el de Sn Bernarnino, y otros, con el llano de los robles que va para la boca del puerto de San Francisco. Asseguró un soldado, y dixo que conocia un picacho que se descubria en el remate de lo que se veia de esta sierra para el sudeste, y que no estaba muy lexos de un parage que llaman buenavista al cual reconocieron los soldados quando fueron para los tulares que caen cerca la mission de Sn Luis en busca de unos desertores, y que si tirassemos para alla iriamos â salir en las imediaciones de la mission de Sn Luis ô de San Antonio. Bolviamos â mirar para el norte, y entre la lomeria baxa del noroeste y la sierra nevada mirabamos un immenso llano que parece seguia el mismo rumbo de la sierra nevada por aquel lado, pero por el otro se abria como para el oeste con tanta extension que cogia quasi el semicirculo orizontal, y este es el llano por donde se extiende este pielago de agua dulce no seguidamente sino en trechos, dexando grandes pedazos sin anegar, ô con poca agua en los quales se forman aquellos grandes y verdes tulares que empiezan desde cerca la mission de San Luis y segun su rumbo y esta cuenta cuenta tendran de largo mas de cien leguas hasta aqui sin contar con lo que se extienden para arriba cuyo fin no les pudimos ver y de ancho tendran unas veinte y cinco ó treynta leguas. Yo discurri que estos tulares corren hasta las imediaciones del puerto de Bodega, y que aquel campo verde que el Sr Capitan Dn Juan de la Quadra vio desde su puerto seran tulares como estos que aqui vimos, ô seran estos mismos continuados hasta alla. Visto esto determino el Sr Comandante ir â parar â la orilla del agua, con animo de seguir algunas jornadas mas adelante, atravessar el llano y arrimarnos â la sierra nevada, para adelantar por alli este descubrimiento lo que se pudiesse: por lo qual baxando de la loma, caminamos como una legua por el tramos con un tular y atolladero que nos impidio el passo; por lo llano, con rumbo al nordeste, pero antes de llegar al agua enconqual variamos rumbo, y caminando como un quarto de legua al oeste llegamos â la orilla del agua y en un parage de una rancheria despoblada. Luego que paramos fuimos â ver el agua y probarla y la hallamos muy christalina fresca dulce y buena, â la qual llegaron a beber las bestias sin dificultad alguna, y vimos que estava con un movimiento suave causado del viento, y que azotaba la orilla ô playa con unas blandas olas, pero no le reconocimos corriente ninguna. Y para probar si la tenia, cogio el Sr Comandante un palo mediano que remataba en una porrita, y lo tiro dentro del agua con la mayor fuerza que pudo, pero â poco rato vimos que en lugar de correr para abajo, el agua con sus olitas lo bolvio â la orilla y advierto que segun vimos despues en esta ocasion estaba baxando la marea. En la playa no havia desechos de crecientes ni basura mas que algo de tule seco. Passo como una hora y bolvimos â ver el agua y reparamos que havia descubierto un buen pedazo de playa, y que el aqua havia baxado como dos tercias segun los troncos descubiertos de unos arboles que havia en la orilla, y antes los haviamos visto cubiertos. De donde inferimos que el agua tenia su creciente y menguante como el mar, y que entonces iba baxando la marea: por lo qual quedo encargado el Sr Theniente con un criado, que en el discurso de la noche tuviesse cuydado de observar quando estuviesse mas baxa la marea y que midiesse todo lo que descubriesse de arenal ô playa, y despues se observasse hasta donde subia en estando la marea alta: lo que assi se hizo esta noche y por la mañana del dia siguiente come dire. Ojo. Esto que aqui sigue corresponde arriba. ( [Margen izquierdo] Por conclusion de este dia quiero hacer aqui una reflexa sobre las noticias que participo á Mexico el Rdo P. Fr. Silvestre Velez de escalante adquiridas en su viage que hizo el año passado desde el nuevo Mexico a la Provincia del Moqui. Dice este Padre que llegó â Oraybe, ultimo Pueblo del Moqui, y distante del Pueblo de Zuñi que es del nuevo Mexico, unas cincuenta leguas al Poniente, y que alli un yndio Cosnina le informo y le dixo que al Poniente de Oraybe á seys dias de mal camino estaba la tierra que habitan los Cosninas, y que á nueve dias de camino desde Oraybe estaba una sierra muy alta que corre de nordeste á sudoeste con inclinacion al poniente y se alarga mas de cien leguas, â cuya falda septentrional corre [margen derecho] al poniente el rio grande de los Misterios, intransitable á los cosninas y sus colindantes, y que por consiguiente no saben los cosninas que gente hay del otro lado del rio, ni aun si la hay pues nunca passan ni han visto indicios de ella. Dice mas, que de este lado â orillas de la sierra acia el poniente â nueve dias de camino desde los cosninas esta una nacion que habla la misma lengua y se llama Tomascavas, y que â catorze dias de camino de estos estan otros que llaman Chirumas los quales son guerreros ladrones é inhumanos, pues comen carne humana de los que matan en las campañas; y que de estos chiramas han sabido [página siguiente, margen izquierdo] los cosninas haver españoles por aquel rumbo aunque distantes &c. Y concluye diciendo que esto que le informo el cosnina era lo mismo que ya le havian dicho los moquinos. Primeramente hemos de suponer que el P. Fr. Silvestre se informaria del cosnina por señas como suelen explicarse los Yndios, ô por medio de algun interprete y tal vez malo como suelen ser regularmente si no es que el Padre sepa las lenguas de por alla. Si se valio de algun interprete ô recurio á las señas para entender al cosnina entonces facilmente pudo padecer alguna equivocacion en el informe pues muchissimas vezes sucede que quando uno piensa que se ha explicado bien con los Yndios por essos medios encuentra despues que no lo entendieron ô que lo entendieron al reves. [Margen derecho] Esto supuesto dexando á parte las distancias, y rumbos que el Padre apunta respecto las naciones que nombra, en los quales encuentro no poca dificultad para componerlos atendiendo â la sierra alta que dice atravessarse de sudoeste â nordeste, en lo que encontro mas dificultad es en el rio que llama de los misterios, no tanto por el nombre que para mi es muy nuevo, quanto por lo caudaloso que lo pinta como que es intransitable â los cosninas. Dice el Padre que este rio de los misterios corre al poniente y es regular que siendo tan caudaloso vaya â desaguar al mar y si esto fuesse assi es natural que nosotros lo huviessemos cor-[ página siguiente, margen izquierdo] tado pues llegamos á la altura de 38. grados que es bastante para que viniesse á dar á las costas del mar que nosotros seguimos pues me parece que essa altura y aun menos corresponde al curso del rio que el Padre dice, respecto al parage en donde recibio el informe: pero nosotros en todo el camino no hemos cortado mas rio que el rio colorado, el qual no es intransitable aun quando crece mucho como lo experimentamos, y aun es vadeable quando esta en su curso natural. Ni se puede decir que el rio de los misterios es el mismo rio colorado, y que mas arriba muda el nombre, pues si este aun en la junta de los rios y mas abajo del puerto de la concepcion no es tan caudaloso que sea intransitable pues lo passan á nado los yumas assi hombres como mugeres es na- [margen derecho] tural que mas arriba sea menos candaloso, y aunque lo sea tanto no es facil persuadirse á que los cosninas y sus colindantes sean de peor condicion que los Yumas que no se atrevan á vadear el rio por grande que sea, y mas haviendo nacido en sus orillas, pues vemos que los yndios que se crian en las orillas de algun rio grande como los Yaquis, y los yumas, y aun los de la costa del mar todos son grandes nadadores. De donde infiero que al P. Fr. Silvestre le dirian tal vez que del otro lado de la sierra havia mucha aqua y como le dirian que era agua dulce sin hacer distincion de si corria ô no el Padre se hizo juicio que era rio pues sus aguas no eran saladas y no le dixeron [página siguiente, margen izquierdo] que por alli huviesse mar.

En virtud de todo esto digo yo que tal vez el rio grande de los misterios que el Padre dice y le informaron sera algun charco de aqua dulce muy grande que sigue el rumbo de los tulares que nosotros vimos, ô que seran esos mismos tulares y agua que se estiende por los immensos llanos que tengo dicho la qual se internara hasta el otro lado de la sierra nevada por alguna o algunas abras y cogera mucha extension de este â oeste assi como la tiene de norte â sur; y siendo assi es muy facil creer que sea intransitable â los cosninas, pues es muy dificil, y aun quasi puedo decir impossible que se transite de un lado á otro, y por consiguiente no sabran los [margen derecho] cosninas si hay gente del otro lado y ni aun si la hay, como ni los del otro lado tampoco sabran si hay cosninas. De todo lo qual concluyo diciendo que se me hace muy dificil que se pueda abrir camino recto desde el nuevo Mexico á Monterey como se ha pretendido pues â mas de la noticia que da el P. Fr. Silvestre del rio ô charco de agua dulce que hay de por medio estan los tulares que se atraviessan â los quales ha de venir â dar el camino antes de llegar â la costa del mar y por recto que se busque a lo menos saldra á las immediaciones de la mission de Sn Luis ô mas abajo segun mi concepto salvo meliori judicio.

Digo que aqui nos persuadimos que no es rio el que se llamaba rio, porque si lo fuesse es natural que tuviesse alguna creciente, y si la tuviesse no es possible que se mantuviesse esta rancheria tan pegada al agua y en tierras tan llanas, pues por poco que creciesse el rio se havia de extender e inundar todo el llano por donde venimos, y por consiguiente havia de destruir la rancheria y sus jacales. Y no se puede decir que esta rancheria estaba alli nuevamente establecida, cuyos yndios se retiraran â otra parte en creciendo el rio; porque â mas de que por las señas se conocio que no es rancheria nueva sino algo antigua, se le han de conceder â lo menos algo mas de dos años de antiguedad pues quando vino el Sr Capn Fages, y reconocio esta agua desde la loma en donde se paro, despacho al sargento con unos soldados para que siguiessen adelante el descubrimiento, y estos llegaron hasta la dicha rancheria y la hallaron en el mismo sitio que nosotros, con que â lo menos tiene dos años de establecida, y en dos años tenia tiempo sobrado el rio para haversela llevado con sus crecientes si fuesse rio.

Thursday, April 4, 1776 EN -- Dia 4. Antes de media noche fue el theniente â reconocer el aqua y la halló tan retirada que por la medida que le tomo regulamos que havia descubierto unas diez y seys varas de playa la qual era aqui muy tendida. Antes de amanecer fue el criado y vio que el aqua havia subido tanto que levanto el tule seco que tenia escupido en la orilla. Al salir el sol fuimos el Sr Comandante y yo, y vimos que ya empezaba â bajar la marea, y que con el vientro noroeste que soplaba oy muy recio estava el agua con alguna inquietud y blanqueando dentro las olitas como en el mar y las olas de la playa algo crecidas. Tome con un nivel el peso del agua, y con el saque que el agua desde lo que subio en marea alta, hasta lo que baxo respecto la playa que descubrio, en marea baxa, habla baxado unas tres varas: y advierto que aqui el aqua estaba recogida y que a poco mas ô menos tendria el mismo anchor que en la boca. De todo lo dicho, y con estos experimentos concluimos y acabamos de assegurarnos que este pielago de agua mas bien se debe llamar mar dulce que rio, pues no tiene crecientes ni corrientes como rio, y tiene como el mar las aguas claras y azuleando, y el fluxo y refluxo, con olitas en la playa. Y si con todo se quiere decir que se puede llamar rio, supuesto que el agua es dulce, solo porque tiene algun movimiento con el fluxo y refluxo, entonces con la misma razon podremos llamar rio al mar. Aunque ya por todo lo dicho estavamos ciertos de que por aqui no havia ningun rio grande como se havia dicho, ni aun pequeño, pues en todo el camino no encontramos mas que arroyos; con todo el Sr Comandante se mantuvo en la resolucion que hizo ayer de seguir el giro del agua atravessar el llano y adelantar por la parte de la sierra nevada este descubrimiento por algunas jornadas: Por lo qual salimos del parage de la rancheria despoblada â las siete y quarto de la mañana, y â las cinco y medio de la tarde paramos en unas lomas del principio de la sierra que despues dire haviendo caminado unas quinze leguas largas con rumbo tan variado, que fue muy contra el primer intento como ire diciendo. Caminamos un poco con rumbo al este con animo de seguir el agua ô por su orilla ô â una vista pero luego se nos atravessaron los tulares y atascaderos que nos hicieron mudar de rumbo, y nos apartaron del agua de modo que no la vimos mas sino de lexos y desde lo alto de la sierra. Cogimos rumbo al estsudeste y caminamos assi unas dos leguas dexando â la derecha un robledal que sigue como seys leguas por el pie de la sierra del sur; y con intencion de ver si los tulares nos dexavan passo libre cogimos al nordeste y caminamos de este modo como una legua mas; pero luego los tulares nos impidieron seguir con esse rumbo: y empezamos â andar culebreando ya al sudeste y al estsudeste ya al sur ya al sur sudeste sin poder adelantar camino para la sierra nevada antes bien saliendonos para afuera. Veiamos algunas veredas de las muchas y muy trilladas que hacen los ciervos grandes por esse llano quando baxan al agua, y seguiamos por ellas; pero luego no[s] hallabamos atacados con atolladeros que nos hacian rebolver[.] Encontramos una vez con una senda con rastro de hombre que nos parecio iva para una pequeña rancheria que divisamos dentro del tular y aunque se hizo empeno en seguirla luego nos hallamos con un atascadero por donde no podian passar las bestias, y aun â pie se passaria con alguna dificultad. Assi anduvimos mas de tres leguas que se pueden regular como al sudeste y con algun trabajo metidos por los tulares que por un buen trecho estaban secos pisando tierra bofa podrida y llena de lamas secas, y con un polvo tan mordaz que se levantaba de las zenizas del tule quemado, que nos ardian fuertemente los ojos y apenas nos dexaba mirar[.] Con esta ocasion conocimos que el pielago de agua dulce que se estiende por essos tulares tiene su creciente y que quando crece coge mucho mas alla de la tierra que pisabamos, la qual estava llena de conchas de caracoles tortugas y lamas que cria el agua quando se estiende por aqui. Y que esta agua cresca no es dificil de creerlo, y aun es cosa natural que assi suceda, pues estando â la vista de la sierra nevada es cosa regular que de ella salgan varios rios y se pierdan y acaben en esos llanos, y con esto cresca este mar dulce (que por dulce se le puede conceder esta excepcion de regla o si no se podra llamar laguna) ô e ninvierno con las lluvias y crecientes de los rios, ô en verano derritiendose las nieves. Ya conociamos que era materia impossible atravessar el llano y arrimarnos â la sierra nevada; pero con todo quiso el Sr Comandante proseguir un poco mas en el empeño por si mas abajo encontrabamos alguna tierra mas alta que nos facilitasse el passo; y assi caminamos unas tres leguas mas con el rumbo un poco al sur, y lo mas quasi al este, y al estsudeste. Ya eran como las dos de la tarde y el cabo que iva por delante se paro y preguntole el Sr Comandante: Que le parece â Vsted? hay esperanza de que podamos llegar â la Sierra? Respondio el Cabo: Señor, no se: lo que yo puedo decir es que en una ocasion sali por la punta de aquella sierra (es la que ayer desde la loma mirando para el sur vimos corer de sudeste â noroeste) y gaste dia y medio en descabezar un tular y vi que todavia seguia adelante y por el otro lado tambien, pero no vi mas porque desde alli me rebolvi. Con esto dixe yo: Por la cuenta ya esta visto que estos tulares son los mismos que hay cerca la mission de San Luis y que continuan hasta alla y para descabezarlos es preciso bajar hasta las imediaciones de aquella mission, lo qual es necessario para passar â la sierra nevada cuyo reconocimiento mejor se puede hacer empezando el viaje desde dicha mission de Sn Luis. Entonces el Sr Comandante viendo la dificultad tan grande que se ofrecia para acercarnos â la sierra nevada como pretendia determino revolvernos para monterey, por lo que mudando de rumbo nos encaminamos para la sierra; y haviendo caminado como una legua al sur llegamos â unas lomas, que por minadas con tuzeros las llamamos las lomas de las tuzas. otras lomas que son principio de la sierra que despues atravessa Seguimos por ellas como dos leguas al sudoeste, y entramos en mos, y dire mañana, y haviendo caminado por ellas unas dos leguas con rumbo sursudoeste paramos en un altito imediato â una cañada en donde se encontro un poco de agua.

Friday, April 5, 1776 EN -- Dia 5. Salimos de las lomas del principio de la sierra â las seys y tres quartos de la mañana, y â las quatro y quarto de la tarde paramos en la cañada de Sn Vicente poco antes de acabarse, haviendo caminado unas catorze leguas de mal camino muy quebrado y con el rumbo al sur aunque variado como dire. Caminamos unas tres leguas al sudeste en busca de una cañada que divisamos la qual se estrecho tanto que nos impidio seguir assi por lo qual fue precisso subir â lo alto de la sierra, y caminamos como una legua al norte al este al sur y â todos rumbos ô sin rumbo hasta encumbrar. Aqui nos detuvimos un poco para buscar salida, y desde este alto que lo era mucho señalado en el mapa con la letra d. vimos claramente los llanos agua y tulares por donde ayer venimos y que seguian para abajo como para la mission de San Luis en una abra muy grande y llana que forman la sierra que empezamos â atravessar por este lado y por el otro la sierra nevada que se miraba muy lexos y que tambien seguia para abajo como para la mission de Sn Gabriel; conque me confirme en el juicio que ya me havia hecho y apunte ayer, y antes de ayer. Baxamos de lo alto de la sierra, y caminamos como dos leguas al sur y con bastantes guiñadas al sudeste por lo quebrado de las lomas y cuestas, y llegamos â una cañada. Seguimos por ella como dos leguas con rumbo al sursudeste y al llegar â lo alto del puerto que hacia nos vimos con mucha serrania por delante muy quebrada, y todo lo andado y lo que se veia por todos lados muy poblado de robles pinos y bosque. Seguimos como una legua al sur y con muchas bueltas cuesta abajo, y luego fue abriendo mas la tierra de modo que encontramos con una cañada algo ancha y bien larga, y haviendo caminado por ella unas quatro cinco leguas, con rumbo al sur y sursudoeste poco antes de acabarse paramos en un arroyo de muy poco agua. En el principio de esta cañada, que los soldados le llamaron la cañada de San vicente (señalado en el mapa con la letra e), vimos unas sierras ô lomas que â todos nos llevaron la atencion por su contextura, pues estando las demas muy llenas de bosque y arboles, estas no tienen arboles y solo tienen un bosque chaparro y bien claro, con lo qual se le descubren en las cuchillas y â trechos unas cintas y pedazos de guija muy blanca, y dicha serrania por cuyo pie passa un arroyo, sin otros varios pequeños que hay en la cañada, es de color rojo: por lo qual dixeron todos que tenia grandes pintas de mineral y â mi me parecio muy semejante a las sierras de las minas de Guanajuato. Su situacion esta en el centro de esta serrania que veniamos atravessando que es muy quebrada.

Saturday, April 6, 1776 EN -- Dia 6. Salimos de la cañada de San Vicente â las seys y tres quartos de la mañana y â las quatro de la tarde paramos en un altito imediato al arroyo del coyote que desde su nacimiento seguimos por todo el camino, haviendo caminado unas diez leguas de peor camino y mas quebrado que ayer, con rumbo principal al sur aunque con alguna variacion. Luego que salimos nos hallamos con sierra quebrada por todas partes y con una cañada angosta y muy profunda por delante: baxamos por ella, y luego encontramos un poco de agua que es principio del arroyo del coyote, y la seguimos con rumbo como tres leguas al sursudeste, unas dos al sursudoeste, otras dos al sursudeste culebreando para subir unas lomas, y baxar otra vez â la cañada, y unas tres finalmente al al sur y al sursudeste subiendo y baxando por la cañada y sus lomas muy quebradas.

Sunday, April 7, 1776 EN -- Dia 7. Salimos del Altito â las siete y quarto de la mañana, y â las cinco y quarto de la tarde paramos en la orilla del rio de monterey, haviendo caminado unas quinze leguas, con rumbo las dos primeras al sur, baxando por unas lomas por las quales acabamos de salir de la sierra. Luego entramos en el valle de San Bernardino el qual atravessamos con rumbo al sursudoeste y sursudeste, y haviendo caminado unas tres leguas por el, al entrar en unas lomas baxas cerca el rio del paxaro cortamos nuestro camino de la ida por el qual seguimos con los rumbos correspondientes â los que llevamos al ir al puerto de Sn Francisco.

Monday, April 8, 1776 EN -- Dia 8. Salimos del rio de Monterey â las siete y quarto de la mañana, y â las quatro de la tarde llegamos â la mission de Sn Carlos del Carmelo haviendo caminado cinco leguas con los rumbos de la ida: quatro hasta el presidio de Monterey en donde nos detuvimos â comer y una â la mission.

Tuesday, April 9, 1776 EN -- Dia 9. Nos estuvimos en la mission descansando.

Wednesday, April 10, 1776 EN -- Dia 10. Este dia huvo una gran varazon de sardina en la playa.

Thursday, April 11, 1776 EN -- Dia 11. Proseguimos en la mission sin novedad.

Friday, April 12, 1776 EN -- Dia 12. Se determino irnos mañana para Monterey y de alli rebolvernos para la sonora. Y el Sr Comandante Anza despacho correo para el Sr Capitan Ribera avisandole la determinacion de su regresso.

Saturday, April 13, 1776 EN -- Dia 13. Salimos de la mission de Sn Carlos del carmelo â las nueve de la mañana, y â las diez llegamos al presidio de Monterey haviendo caminado una legua. Aqui nos detuvimos paraque quedassen ordenadas las cosas de la expedicion, encargandose de todo el Sr Theniente por ausencia del Sr Capitan Ribera que estaba en Sn Diego. Bolvi â suplicar que a lo menos se me permitiesse saber el numero de gente que en la expedicion havia venido y se quedaba en Monterey para la nueva poblacion y fuerte del puerto de Sn Francisco, pues aunque no era mas que una curiosidad mia y que verdaderamente no era necessario que yo lo supiesse deseaba saberlo siquiera por haver venido con todos; y se me concedio que viesse la lista que no estaba completa por faltarle unos pocos con los presos que en la mission de Sn Gabriel se quedaron, y por ella supe que quedaban en Monterey ciento noventa y tres almas.

Sunday, April 14, 1776 EN -- Dia 14. Vinieron de la mission de Sn Carlos del carmelo el R. P. Presidente con otros Padres, â despedirse de nosotros y se bolvieron, y el P. Ministro de la Mission de Sn Antonio se quedo en Monterey para passar en nuestra compañia â aquella mission. Salimos del Presidio de Monterey â las dos de la tarde y â las seys paramos â orillas del rio de Monterey en el parage llamado Buenavista, haviendo caminado unas seys leguas. Los rumbos en esta buelta son los correspondientes â la ida, pues nos bolvimos por el mismo camino.

Monday, April 15, 1776 EN -- Dia 15. Salimos del parage de Buenavista â las seys y quarto de la mañana, y â las cinco y tres quartos de la tarde paramos en el parage que llaman la cañada de San Bernabe, haviendo caminado unas diez y ocho leguas cortas. Como â dos leguas de haver salido del parage, nos encontramos con los soldados que el Sr Comandante despachó de correo para el Sn Capitan Ribera el día 12. los quales venian de buelta y dixeron que havian hallado â dicho Sr Capitan Ribera en el camino y que ya venia cerca. Nos persuadimos que su venida era para verse con el Sr capitan Ansa antes que se saliesse para afuera y para tratar con el el assumpto de la expedicion y con esto consentimos en que seria tal vez preciso bolvernos para Monterey ô a lo menos detenernos alli, pero presto vimos que no nos causo ninguna detencion su venida. Pues â poco andar nos encontramos con el Sr Capitan Ribera, y haviendose saludado los dos Sres Capitanes como de camino, sin detenerse en hablar cosa alguna siguio luego el Sr capitan Ribera su camino para monterey y nosotros proseguimos el nuestro para la sonora.

Tuesday, April 16, 1776 EN -- Dia 16. Salimos de la Cañada de San Bernabe â las seys y tres quartos de la mañana y â las diez y quarto llegamos â la mission de Sn Antonio haviendo caminado unas cinco leguas.

Wednesday, April 17, 1776 EN -- Dia 17. Salimos de la mission de Sn Antonio â las dos de la tarde, y â las seys y quarto paramos en la misma cañada de los robles â orillas del rio despues de haverlo passado una vez haviendo caminado unas siete leguas.

Thursday, April 18, 1776 EN -- Dia 18. Salimos de Orillas del rio â las seys de la mañana, y â las cinco y quarto de la tarde paramos en un pequeño aguaje, como tres leguas despues de haver passado el rio de monterey, haviendo caminado unas diez y seys leguas.

Friday, April 19, 1776 EN -- Dia 19. Salimos del pequeño aguage â las seys y quarto de la mañana, y â las diez y media llegamos a la mission de San Luis Obispo haviendo caminado unas siete leguas.

Saturday, April 20, 1776 EN -- Dia 20. Nos detuvimos en esta mission.

Sunday, April 21, 1776 EN -- Dia 21. Por la tarde vinieron unos soldados diciendo como el Sr Capitan ribera venia de Monterey y que se havia quedado en el puertezuelo distante de la mission algo mas de una legua.

Monday, April 22, 1776 EN -- Dia 22. Poco despues de medio dia llego â la mission el Sr Capitan Ribera, pero se detuvo muy poco: y sin verse con el Sr Capitan Anza en aquella hora se fue para San Gabriel.

Tuesday, April 23, 1776 EN -- Dia 23. Salimos de la mission de Sn Luis obispo a las siete de la mañana, y â las seys y media de la tarde paramos en la laguna graciosa, haviendo caminado unas diez y siete leguas.

Wednesday, April 24, 1776 EN -- Dia 24. Salimos de la laguna graciosa â las seys y media de la mañana, y â las quatro y tres quartos de la tarde paramos en un arroyo pequeño en la canal â orillas del mar cerca la rancheria del coxo haviendo caminado unas diez y seys leguas.

Thursday, April 25, 1776 EN -- Dia 25. Salimos de cerca la rancheria del coxo â â las seys de la mañana, y â las cinco y media de la tarde paramos muy cerca la rancheria de Mescaltitan antes de llegar â ella haviendo caminado unas diez y ocho leguas.

Friday, April 26, 1776 EN -- Dia 26. Salimos de cerca la rancheria de Mescaltitan â las seys y quarto de la mañana, y â las cinco de la tarde paramos en el rio de la Assumpta haviendo caminado unas diez y siete leguas. Oy despues de parar logramos ver un poco las islas de la canal que hasta ahora ni â la ida ni â la buelta las haviamos podido ver claramente sino muy en confuso y poco por causa de las neblinas que son en este mar muy continuas.

Saturday, April 27, 1776 EN -- Dia 27. Salimos del rio de la Assumpta â las seys y quarto de la mañana, y â las cinco y media de la tarde paramos en el parage de la agua escondida, haviendo caminado unas diez y ocho leguas. Oy salimos de la canal al principio de la jornada.

Sunday, April 28, 1776 EN -- Dia 28. Salimos del agua escondida â las siete de la mañana, y â las cinco de la tarde paramos en el rio de Porciuncula, haviendo caminado unas catorze leguas.

Monday, April 29, 1776 EN -- Dia 29. Salimos del rio de Porciuncula â las seys y quarto de la mañana, y â las ocho llegamos â la mission de San Gabriel, haviendo caminado dos leguas. En esta mission estava el Sr Comandante ribera, pero ni salio â saludarnos quando llegamos, ni se vio con el Sr Comandante Anza en los dias que aqui nos detuvimos.

Tuesday, April 30, 1776 EN -- Dia 30. Nos detuvimos en esta mission y se hablaron los dos Sres Comandantes por escrito tratando sus negocios.